sábado, 23 de julio de 2011

Keith Rupert Murdoch y Jose Ortega cano

Keith Rupert  Murdoch hizo bascular sus medios, orientándolos, según convenía a sus
intereses a los conservadores británicos o hacia los laboristas. Igualmente tras su
penetración en Estados Unidos y el desembarco del periodismo amarillo y polarizado, ha
sido baluarte de los republicanos, pero hizo guiños pasajeros a Obama cuando advirtió
que el viento electoral soplaba a favor. Como objetivo último, se fijó la compra o el
hundimiento del New York Times, el diario más prestigioso del mundo. Con su hijo James,
ha tratado de minar la posición y la credibilidad de la televisión pública británica, la BBC,
abogando por la reducción de sus actividades. La biografía del magnate australiano
descubre que, para él, los valores básicos del periodismo quedan supeditados a los
intereses mercantiles, violentando de forma continuada las reglas del juego político en la
cultura democrática y en ello estaba cuando fichó a Jose María Aznar, que de paso,
alisaba el terreno para que News Corp. el buque insignia de Murdoch, entrara en el
negocio español de medios, ahora a precios de saldo…

Pero todos miraban a otro lado, hasta que estalló el escándalo de “News of the World” , seguramente, para frenar la escalada audiovisual de Murdoch en el Reino Unido y el acoso de su hijo James a una televisión pública, la BBC, que es el contrapunto del periodismo basura y del reino infecto del tabloide.
Y en este país nuestro, España, todos y todas, cayeron del caballo, como Pablo de Tarso,  en tertulias, artículos, comentarios, y demás cucharas mediáticas de intereses espurios y métodos de alimentación para esos “periodistas libros gordos de Petete”, que de todo saben, opinan y sentencian, cuando el muñeco del pim, pam, pum está tocado, en cobarde defensa de la integridad periodística.
Ya no hablan tanto del dueño de la mayor empresa mediática de España: “Il Cavaliere”. Silvio Berlusconi que no tiene suficiente con ser primer ministro de Italia, (aunque últimamente venido a menos por problemas de mete-saca o como lo llama el, de “bunga bunga”) y de ser además el tercer hombre más rico de Italia y dueño de uno de los mayores gigantes audiovisuales de la UE: Mediaset. Berlusconi quería crecer, que su talla no sólo se le reconozca en el país transalpino y en Europa; pretendía emular a Rupert Murdoch y convertirse en un auténtico magnate de las comunicaciones a nivel internacional. Para ello compraba todo lo que cae en sus manos, manipula, crea intereses de opinión, se introduce en nuestras casas influyendo en nuestra familia y nos familiariza con lo más degradante de nuestra condición humana: la mentira, la tergiversación, la influencia, el nihilismo, la degradación de los valores, etc.
Pero lo malo, no es eso, sino que contagia a los demás medios en un “salva la audiencia”, donde todo vale.
Todo esto viene a cuento, de la triste desgracia, donde Ortega Cano, tiene un triste papel protagonista, al igual que un difunto (que cuando estaba en el paro, no era noticia). Y donde los testigos de su accidente,  son paseados, intervenidos, voceados y difundidos para poner en candelero, crear opinión, frivolizar, condenar y en definitiva realizar todo cuanto mueva los instintos de venganza y espectáculo que los pasivos ,(y culpables) telespectadores y demás adictos a los tabloides de la marujería, consumen para mayor ganancia de dichos medios.
Uno de los testigos del accidente de José Ortega Cano habló con el programa de Telecinco 'La Noria'. Rafael, que así se llama el testigo -según la información de la reportera Milena Martín- concedió una entrevista sin cámaras al programa presentado por Jordi González en la que contó detalles del antes y el después del accidente que costaba la vida a Carlos Parra. (Estando en vigor un proceso “bajo secreto de sumario” y donde se daban detalles de hasta lo que había comido, comentado y penado, tanto Ortega Cano como el fallecido Carlos Parra, al igual que hacía “News of the world”).
Hoy hemos visto a otros testigos saliendo del juzgado, entre una nube de micrófonos y “periodistas” haciéndoles preguntas por doquier y a otro testigo, quitándose a manotazos los micrófonos de encima.
¿Cuántas noticas, habrán conseguidos estos “periodistas”, usando los mismos métodos que “News of the world” y cuántos de estos “libros-gordos-de-Petete” se han cuestionado esta posibilidad, aportando datos que seguramente conocen?
Pues empecemos a realizar examen de conciencia, si queremos un mundo más justo, comenzando por nuestro país.