viernes, 13 de mayo de 2011

Fausto Canales: memoria de un desconsuelo.

A Fausto Canales, no lo conozco. Jamás oí hablar de él. No sé si es creyente. No sé ni siquiera lo que opina de la muerte. Solo sé, lo que le escuché hace unos días en un telediario, como miembro de la asociación “Memoria Histórica”, al respecto del enterramiento de su padre y de su tío en el Valle de los Caídos.
El Valle de los Caídos o la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos es un monumento construido entre 1940 y 1958 situado en el municipio de San Lorenzo de El Escorial.
Franco ordenó su construcción, y está enterrado allí junto con José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido Falange Española, así como con otros 33.872 combatientes de ambos bandos, muchos de ellos trasladados allí sin el permiso de los familiares.
En el monasterio se encuentran en 19 archivos, las fichas con los datos de aproximadamente la mitad de los allí enterrados. De la otra mitad se desconoce la identidad, existiendo varias hipótesis, y siendo casi seguro que fueron recogidos de fosas comunes de Brunete, Grado, Gandesa, Tarragona, Badajoz o Teruel, entre otras, después de la Guerra Civil y hasta1983.
A Fausto Canales, solo pude oírle a propósito del lugar donde está enterrado su padre y su tío, el Valle de los Caídos. Y que quiere llevárselo de allí, porque considera ese lugar, un lugar tétrico e inadecuado para que estén los restos de estos familiares a los que no ha podido acceder todavía.
Desea exhumarlos para llevarlos a la sepultura- monumento existente en el cementerio de Pajares de Adaja, donde ya se encuentran enterrados parte de los restos de las diez personas del pueblo, asesinadas en el verano de 1936 en una cuneta, en las proximidades de Aldeaseca (Ávila), localidad distante unos 25 kilómetros de su pueblo natal y que fueron arrojados a un pozo-fosa seco cercano, por orden de los ejecutores.
Parte de estos restos fueron trasladados al Valle de los Caídos en abril de 1959 según comunicación oficial del Patrimonio Nacional donde se informa que la caja procedente de Aldeaseca con los restos, es la nº 198, situada en la Cripta Derecha, piso 1º de la Basílica ( Capilla del Sepulcro ),
Es admirable la determinación de Fausto Canales por conocer y reconstruir lo que pasó y el camino que siguieron los restos de sus familiares y que están relatados en el enlace más abajo indicado. En cualquier caso, creo que el consuelo para él, no será jamás total, solo por el hecho de conseguir el traslado, para lo que exige que se traslade “con el coste que sea y cueste lo que cueste ya que el Estado que está en deuda con ellos, los rescate”.
Querido Fausto (perdóname el atrevimiento por llamarte “querido”, pero me siento cercano a tu persona, en tu vivencia y sufrimiento), permíteme que me interese mas por ti, que por tus familiares. La ilógica furia que se vivió en los años de la guerra, así como en los anteriores y los posteriores, donde se lavaron a sangre y fuego, muchas venganzas fraguadas desde lo más miserable y despreciable de las personas que intervinieron, solo sirvió para eso, para vengar muchas frustraciones acumuladas, que el paso de los tiempos, y tan locos acontecimientos, no lograron mitigar.
Creo, sinceramente, que ya has logrado que tu padre y tu tío permanezcan para siempre, en la memoria colectiva de nuestro pueblo.
La muerte cuando sobreviene, la provocada y la natural, solo tiene consuelo para mí en mi Dios, el Señor de la vida. La muerte, la lógica, sobrevenida por la edad o la enfermedad y la irracional, ocasionada por una orden, en cualquier caso,  injusta como la de tu padre, no termina con la persona, porque creo en la Resurrección. El Dios del comienzo es también el Dios del final. El Dios creador del mundo y del hombre, es también el que lleva al hombre a la plenitud
Resucitar, como dice Benjamín Forcano, significa que la persona que muere, no se disuelve, continúa, y que el cuerpo sí que se disuelve pero entrando en una dimensión nueva.
Por eso, querido Fausto, encuentra consuelo en saber, como yo sé, que tu padre y tu tío, independientemente de su ideología, ya se encuentran vivos en otra dimensión. Ellos viven y desde esa dimensión, ya ellos han encontrado el consuelo, que a ti, al parecer te falta.
Dejemos que los restos, nuestros restos, sigan disolviéndose donde sea. Esos huesos, son solo testigos inexpresivos de una realidad sufriente que vivieron y piensa que el espíritu que llenó el cuerpo que sostuvo esos huesos, vive para siempre, plenamente en el Dios de la vida, al que unos y otros arrojaron de su lado, provocando la locura causante de la muerte de tus familiares.
Que descansen en Paz y que tu encuentres también tu descanso y tu paz.

http://lamemoriaviva.wordpress.com/2009/02/04/vivencias-y-actividad-relacionadas-con-la-desaparicion-forzada-de-mi-padre-valerico-canales-jorge/

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