Al propiciar términos equívocos como la promoción de modelos industriales para aportar abundancia de alimentos, intentaron (y consiguieron) imponer un modelo agroindustrial que acaparara todas las relaciones del mercado alimentario, desde la fijación de reglas globales de producción, hasta la monopolización de las cadenas de distribución, de tal manera que imponen el monocultivo, acabando con los sistemas campesinos de posesión, usos e intercambios de semilla; buscan el control de la genética animal, integran todos los modelos de producción en todos los segmentos y acaparan cuotas muy altas de distribución de alimentos en perjuicio de los mercados locales.

Los trasvases entre políticos y directivos de estas multinacionales, ha permitido esta concentración y el incremento del control mundial de la producción de alimentos. Como ejemplo valga el caso de M. Daniel Amstuzt. En 1993, era un alto cargo de la multinacional Cargill; fue nombrado representante del gobierno americano para el comercio, en el momento final de la creación del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) que abarca el comercio internacional de mercancías, previo a la creación de la Organización Mundial del Comercio. Una vez puesto en marcha ambos organismos Amstuzt, se reincorporó a Cargill.

Otro caso a destacar es el de Kraft, que en plena crisis económica, consiguió unos beneficios en el primer semestre de 2009 de 1.487 millones de dólares. Uno de sus principales accionistas Warren Buffet, muy nombrado en los informativos, es uno de los tres hombres más ricos del mundo y asesor del Presidente Obama, al que Kraft, apoyó económicamente en su campaña a las presidenciales USA.

Casos ilustrativos puede ser el explosivo crecimiento de la venta de semillas de soja transgénica de Monsanto, que fomentó la expansión masiva de las plantaciones de soja de Argentina y Brasil y otros países del cono sur americano, colonizando el mercado. Esta expansión de los monocultivos, como el descrito, auspiciados por las grandes compañías agroindustriales y no a las catástrofes industriales como se nos quiere hacer creer, es la causa de la pobreza y las dificultades del pequeño campesinado para mantenerse y poder vivir de sus cultivos.



Además, las familias campesinas no podrán reaprovechar las semillas que broten de ese maíz, ya que una de las características de las semillas híbridas es que solo su primera generación es adecuada para la siembra. Si quisieran continuar produciendo en la próxima siembra, los campesinos tendrían que comprar nuevas semillas a Monsanto, creando así esta compañía una nueva esclavitud o difundiendo la vieja de siempre.
Podemos concluir que estas multinacionales han iniciado un nuevo proceso de acumulación capitalista extendiendo su acción a nuevos ámbitos de la agricultura, a través del control y la patente sobre la misma base de la vida; a través de la expansión de los cultivos industriales incluyendo aquellos utilizados para la producción de agrocombustibles y por último han creado lazos con el sistema financiero controlando las cosechas futuras y creando una carrera especulativa para seguir aumentando el negocio a base de incrementar el número de personas hambrientas del mundo.
Por mas que he buscado un video en castellano no lo he encontrado en youtube. Así estamos de sensibilizados.
El articulo está extractado del cuaderno 171 de Cristianismo y Justicia
Gracias por toda la información que aportas.
ResponderEliminarUn saludo,