Existen noticias, que uno las escucha recién levantado y que almacena en su personal disco duro, procesándolas a medida que este va calentándose. Algunas son inconscientemente enviadas a la papelera de reciclaje y otras, como la que comento, llevan aparejadas, una alerta que permite profundizarlas y tomar conciencia de ellas posteriormente.
La cuestión es, que al Papa le han retirado la correspondiente tarjeta de donante de órganos, por prescripción Vaticana. Según su secretario personal, en una carta enviada a un doctor alemán que difundía, con ánimo proselitista, la maravillosa noticia de que el papa también era donante de órganos, que Benedicto XVI dejo, desde el mismo momento de tomar este nombre, es decir de ser proclamado Papa, de ser donante de órganos.
El motivo: Una donación de órganos de un Papa, “podría ser la donación de posibles reliquias”.
Pues bueno, según esto, el Papa “a priori” puede ser Santo; pues claro que sí,…. pero es que yo también y sigo siendo donante de todo lo que quieran de mi cuerpo (aunque alguna parte, de verdad, como le toque a alguien, arregladito va)
Sigo sin entender, una vez más, como la tortuosa losa Vaticana, intenta cerrar a la vida lo bueno que esta sociedad va consiguiendo: desde la generosa aportación altruista de nuestro cuerpo, para dar vida, a la esperanzadora noticia-mensaje de generosidad que esto representa.
Se me mezclan las ideas, al intentar comprender hasta donde llega el razonamiento de tan insigne Cardenal Secretario Personal, al divulgar la noticia, ya que, independientemente del tema de la posible Santidad, es una proclamación de la validez del culto a las reliquias, motivo este de tantas muertes inducidas para conseguirlas y la supremacía de un hombre sobre todos los demás….cuando solo un Hombre está por encima de todos los demás, aunque vivió y murió, siendo uno más entre todos.
Se podrá decir que es una barbaridad lo que digo pero….Si Cristo nos entregó su Cuerpo y su Sangre para darnos Vida, porque el Vaticano se lo prohíbe a Ratzinger, si existe también la posibilidad de que su cuerpo y su sangre pueda salvar una vida……¡Ah, es que son dos cosas distintas!
Pues sí,…. A lo mejor.
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